martes, 26 de agosto de 2008

Pisado


Los azares del viento y su paso veloz por la superficie terrestre, pobladas de hojas secas, sobre transitadas, ultra pisoteadas, escupidas…

Remolinos de viento febril. Removiendo los cadáveres quebradizos de las hojas que antaño ocultaron las ramas desnudas de un árbol añejo.

Hojas secas, que se acumulan, que se amontonan, que se enjaulan, que son llevadas, que se fueron. Que no son más.

Las jaulas de hojas son como jaulas para leones de circo. Como para niñas de tamaño reducido. Tienen ruedas, se transportan, se movilizan por los prados secos, los prados amarillos, crujientes…

Nuestros pasos se hacen ruidosos en el poblado camino.

En el quebradizo, volátil y delicado sustento de un estar en pie. Sobre hojas secas.

miércoles, 6 de agosto de 2008

nadie lee aquí

No existe el cansancio, ni el sueño.

No existe la duda, ni el quizás.

No quiere existir cerca de mí.

Tampoco las pestañas mágicas

Ni las estrellas caídas,

Ni los colorines o las ambulancias.

Menos Fortuna y Milagros.