Son tus manos, las más curiosas
Las transeúntes afanosas
De pasos ligeros y palpitantes.
Son las hacedoras de caminos
En las extensiones de mi piel nevada
Son lo cálido que da escalofríos.
Mis respiros…
Dominados, ávidos, enardecidos
Mis respiros contenidos y multiplicados.
De jugar con fuego…
Niños que buscan en mis pasiones
Para desvanecerse incendiados
Ardientes en mi pecho.
Al tiempo, al espacio,
Al infinito momento
En que te desvaneces…
Cada ves que dejas de ser tú
Para ser una parte de mí.