Como siempre suele suceder en las vacaciones de invierno, los planes se ven menoscabados por las inclemencias del clima, que sí bien, no impide el ejecutar los planes, son un gran inconveniente. En este caso particular, la lluvia de lunes feriado me estropeo la expedición por los museos de Santiago.
Por ello recurrí a la actividad no menos entretenida ni cultural de ver películas.
Evidentemente no es lo mismo que salir, pero no debemos despreciar el entretenimiento al alcance de la mano.
Me instale con Katherine, en el living de su casa. Yo prepare los aperitivos, mientras ella traía las “colchas”. No sabíamos que ver… tenia películas en DVD, que ninguna había visto. De hecho nisiquiera teníamos una mínima referencia de ellas. Por el nombre, escogí la que más me tinco. “La sociedad de los poetas muertos”, la elegí porque me recordó a los afamados poetas malditos y se me ocurrió que talvez la película podría tratar de eso.
Mientras veía la película una serie de sensaciones me hacían reír, gritar y llorar. Aunque no tengo por donde, me sentía como los protagonistas de este “filme”. Eran jóvenes de mi edad, 17 años. Que descubrían en la poesía la libertad del pensamiento. Que se entregaban a la convicciones con particular pasión y aunque el mundo se les viniera encima, no dejaban de sentirse ya libres de las ataduras sociales…
“OH capitán, mi capitán” sobre la mesa. Sobre las normas sociales, sobre la represión. Desde allí, mirando la libertad, la pasión, la convicción, la vida.
“Carpe Diem” es la filosofía de estos jóvenes, pero no se trata de resistir la vida día a día, sino de vivir intensamente el momento. Atreverse a actuar, a ser feliz, a vivir el ahora.
Altamente recomendable. Educativa en su máxima expresión.
Por ello recurrí a la actividad no menos entretenida ni cultural de ver películas.
Evidentemente no es lo mismo que salir, pero no debemos despreciar el entretenimiento al alcance de la mano.
Me instale con Katherine, en el living de su casa. Yo prepare los aperitivos, mientras ella traía las “colchas”. No sabíamos que ver… tenia películas en DVD, que ninguna había visto. De hecho nisiquiera teníamos una mínima referencia de ellas. Por el nombre, escogí la que más me tinco. “La sociedad de los poetas muertos”, la elegí porque me recordó a los afamados poetas malditos y se me ocurrió que talvez la película podría tratar de eso.
Mientras veía la película una serie de sensaciones me hacían reír, gritar y llorar. Aunque no tengo por donde, me sentía como los protagonistas de este “filme”. Eran jóvenes de mi edad, 17 años. Que descubrían en la poesía la libertad del pensamiento. Que se entregaban a la convicciones con particular pasión y aunque el mundo se les viniera encima, no dejaban de sentirse ya libres de las ataduras sociales…
“OH capitán, mi capitán” sobre la mesa. Sobre las normas sociales, sobre la represión. Desde allí, mirando la libertad, la pasión, la convicción, la vida.
“Carpe Diem” es la filosofía de estos jóvenes, pero no se trata de resistir la vida día a día, sino de vivir intensamente el momento. Atreverse a actuar, a ser feliz, a vivir el ahora.
Altamente recomendable. Educativa en su máxima expresión.
1 comentario:
Me encanta esa pelicula, claro que no soy ninguno de ellos, mi medula esta atrofiada :B
Pero me gusta mirarla cualquiera soñaría con ese impeto, otros sólo lo harían :D
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