El comienzo de algo… ¿mejor?

Me preguntaron si estaba enamorada…y rotundamente respondí que no. En honor a la verdad, reafirmo aquello.
¿Por qué? Es poco claro…
No sé, si es casualidad…si es por voluntad o por incapacidad…
Cuando tenia quince, me enamore…lo sentí así en todo mi cuerpo, en las vibraciones de mi piel al tenerlo cerca, en las clásicas maripositas en el vientre, en mi vista nublada y mi corazón acelerado.
Creo que así estuve al menos por un año y unos cuentos meses…de los cuales solo 3 meses fueron de una suedo-relación amorosa, que nunca fue nada serio, pero que significo muchísimo para mí. El resto fue una obsesión alimentada de un recuerdo constante, de una figura idealizada, de una esperanza falsa y sobre todo de la imperiosa necesidad de amar…
Hace no mucho, me recupere de esa enfermedad llamada “amor no correspondido”, di vuelta la pagina pero, en ocasiones me es inevitable retornar…
Unas cuantas semanas atrás, lo vi. Regresaba a mi morada después de una extensa clase del preuniversitario, a eso de las 8 de la noche. En la estación de metro, Vicente Valdés. Camina mi amiga Palo y yo hacia el extremo del andén, mire hacia mi derecha y ahí estaba parado. Después de mas o menos seis meses sin verlo y aun más sin hablarle. No me importo y para mi sorpresa seguí caminando como si nada. Ya a bordo del último vagón del metro, me convencí que efectivamente, era él. Le comenté a Paloma…y me fui todo el camino hablando de que no sentí nada al verlo, que no me importo y que finalmente tenía la certeza que me faltaba, ya no estaba enamorada de él y así por fin me sentí libre…libre de un sentimiento que me ataba a un pasado que mucho definió en mi…
Este fue el último capítulo de mi historia con él, más bien de la historia de mi amor solitario. Concluyo así. En el metro, sin grandes emociones y con una certeza que me libero. Me sentí feliz. Al fin término…

Pero, como un mal chiste, esto no acaba aquí. Terminar con algo, con un proceso, implica necesariamente comenzar con otro…
Y luego en mi pieza, en mi cama, a oscuras descubrí que estoy muy sola, demasiado sola. Que ningún sentimiento similar o cercano al amor, se alberga en mi corazón y que me siento casi muerta…o mejor digamos, para nos ser tan fatalistas…dormida profundamente y al parecer no soy capaz de despertar.

Y yo ahora solo me pregunto: ¿Qué es peor? ¿Vivir con un sentimiento frenético y fantasmal o simplemente no sentir?...creo que prefiero sufrir por un idiota, que sufrir de soledad…
Pero, ya no hay vuelta atrás, ya no pertenezco al círculo de los enamorados sufridos…debo resignarme a la espera de una nueva canción, un nuevo baile, un nuevo amor…
Lamentablemente soy demasiado impaciente.
Y mientras, continuare albergando en mi cama, en mis palabras y en mis sueños la esperanza de despertar de esta pesadilla, de no sentir el frió agobiarte de la soledad. La esperanza de prontamente poder arroparme con el calor de los afectos verdaderos, descansar en el regazo de la confianza y la lealtad…quiero amar…porque lo necesito.

La mitad de mi cuerpo
La mitad de mi alma
La mitad de mi vida…

El espacio desabitado…
Y esta canción…
Son mis aliados…en las noches frías…
Y en los dolores…en la sabanas verdes…
En la luz que se cuela por mi ventana…


Amores incompletos
Los tres.

Amores incompletos
He tenido por montones.
Y aun me penan…aun me penan.
Han turbado mi mente,
Fusilaron mis ganas.
Me estoy secando lentamente,
Debilitando y muriendo irremediablemente.
Amores incompletos,
Me anularon por errores…
Agretiaron ilusiones…

Amores incompletos,
He tenido por montones.
Y aun me penan….aun me penan.
Amores incompletos, amores incompletos…

Sin mirarme, me quebraste.
Sin sentirte, me golpeaste.
Con tu alma, apareces.
Con el mal se retuerce…
Amores incompletos, amores incompletos…

(Esta canción me la dedico Paula. Preciso… ¡¿no?!)