Ha estas alturas de la noche, el frió es mas penetrante. Siento que me muerde los pies…quiere provocarme un escalofrió…
Mis manos están heladas, y mi aliento dibuja formas en la tenue oscuridad.
Tengo una taza vacía en el escritorio, que aún conserva un poco de calor…
Un último cigarro en las manos y escucho una canción para adictas a la luz.
Además mientras escribo tengo un recuerdo en mi retina. Las imágenes de la noche compartida. Lo tengo a él, respirando en mi hombro. Lo tengo perdido entre mis ropas, oculto entre mis pechos…lo tengo en mi retina, en mi cabeza…
Y tengo también las palabras que al salir de su boca me resistí a oír...
¡Cuánto me arrepiento!...
Él no es consecuente…es como yo. Un atado de dichas masoquistas. Un ramillete de condenas que vigorizan. Un mar de emociones recónditas y otras tantas manipuladas.

¿Qué me tiene así? ¿Qué me duele? ¿Qué quiero de ti? ¿Qué quiero de mi?...
¿Qué quiero de ti? ¿Qué quiero de ti? ¿Qué quiero de ti?...
Esta noche quiero tu sinceridad, quiero un soplo de paz…esta noche de ti quiero algo más…quiero beberte completo…quiero llenarme de ti… Quiero embriagarte de mi… quiero que nos emborráchenos y perdamos la cordura…
Quiero robarte el alma y dejarte sin vida, tirado en el suelo y con una sonrisa como premio de consuelo. Tal como me dejas tú…
El frió…ya no lo aguanto…me duelen las manos…y lentamente los recuerdos me queman por dentro. Estoy temblando…como aquella vez…tiemblo como con esos besos. No quiero continuar escribiendo…no quiero seguir hablándote… ¿para que? No tienes idea.
Adiós…