(...) siempre en mayo

Sin un grado de alcohol en la sangre, sin una pizca de cordura y con la absoluta convicción de que nunca nos llenaremos el uno del otro…nos entregamos por una noche…por una incompleta noche. Somos solo dos cuerpos sin alma.
Nos complacemos… sin importarnos, y así mismo, no importa el pasado o el futuro. No importa quienes somos, ni que anhelamos. No hay sentimientos declarados de por medio, no hay nada que no sea carnalidad… nos utilizamos para complacernos…
¡Tan egoístas!, que somos incapaces de entregarnos algo más que caricias y besos vacíos…
Pero, aunque él no lo sepa, se me escapa la ternura y la tristeza cuando mis labios descansan en su boca…
A estas alturas no puedo evitar reconocer y demostrar, que me gustaría desear no solo su cuerpo, si no también, su alma. Si pudiera obligarme a sentir amor y si pudiera obligarlo a él a corresponderme, esta historia seria feliz. Necesito creerlo…
El no es un desconocido, ambos sabemos que tan solos estamos y que nos falta para…bueno…se supone que para ser felices. Cada vez que esto ocurre, cada vez que nos encontramos, nos pertenecemos un poco más…solo un poco.

Si nos amaramos, si yo fuera capaz de amarlo y él a mi. Tanto mejores serian nuestros besos, nuestras noches… ¡mejor, ni pensarlo! eso no ocurrirá…

En mundos distantes, en ocasiones nos encontramos y tratamos de hacernos felices…sin lograrlo…mas bien en el fondo, tratamos de sentirnos menos incompletos…
Yo no soy feliz cuando con sus besos me enloquece…
Yo no soy feliz cuando su calor me complace…
No soy feliz cuando comprendo que me duele la frialdad.
Porque mientras me quemo en su piel…me duele el alma…
Aun así, no por mucho tiempo logro olvidar de cuanta mierda se llena mi corazón con cada beso…y muere mi alma, muere la razón, muera la idiota infeliz que se esconde tras un gemido de placer…
Muero, una y otra vez muero…y así continuo respirando, caminando, durmiendo…estudiando, soñando y tratando de encontrar lo que he perdido.
Buscando justificaciones, causas y motivos…que me excusen y me liberen…de entender que cada día me hago más infeliz y que mientras más siento mi cuerpo vivir la noche…mas muerta amanezco…
Nada que pedir…nada que arreglar…

En ocasiones no concibo la noche…en ocasiones anhelo el atardecer eterno…y aun más, quisiera dejar de respirar…ver un destello a lo lejos. Vaciar mi alma, perderme, alejarme…
Libertad para morir de soledad, lejos de todos los que me exigen continuar…
O para morir de errores, o solo morir…que más da.

(…) te dije lo que quería…pero algo muy profundo me lo impide… nunca he sido de las que hacen lo que quieren…es miedo. No quiero depender de un sentimiento agobiante…
Espero pronto, volver a verte…y entenderte y talvez quererte (…)