martes, 4 de septiembre de 2007



Sentir… toda yo. Sentir…todo tú.

Lo más cercano que conozco al amor, es el deseo. El deseo como un cosquilleo en la piel, como un soplo de fuego en los labios. Como una abrumadora sensación, que enmudece… que gobierna cada parte del cuerpo. Como un invasor que te controla, que te esclaviza. El deseo como una obsesión. Como un imán que me impide separar mi cuerpo de otro…
Deseo tan intenso que se confunde con amor. Deseo tan enfermo que te desmorona la dignidad…
//No es nada tierno, parece que viene del infierno…//

(No sé que me pasa. No me gusta lo que escribo…me falta inspiración. Algo que me tome de sorpresa y me elevé para prontamente dejarme caer…) (Caer…si pudiera decidir como morir, sin pensarlo elegiría caer…seria como volar.) (Volar… ¿Algún día me saldrán alas? Espero que si…)

“Ya no era una niña, y había aprendido muy bien a desconectarse. Las emociones se desplazaban hasta el extremo. Ella sentía cuando quería sentir. Ella tiene la capacidad de dejar su mente en blanco y su corazón apacible, con la mera voluntad. La voluntad de no pensar más de la cuenta.
Cuando cierra sus ojos, los instantes vuelven y se proyectan.

Esa mañana ella fumo más cigarrillos de lo normal. Incluso antes de comer, algo que no acostumbraba. Esa tarde no durmió, cuando llego a su casa, a su cama, se quedo con los ojos abiertos mirando la lámpara, unas cuantas horas. Ya de noche, se rindió. Cerró los ojos y no puedo contener la lágrima solitaria que derramo. Ella quería llorar, pero no pudo…no era para tanto.

Al día siguiente, describió la noche y sus melodías, las frases secas y las caras delatadoras. Las intenciones más evidentes. Se dedico a descifrar los silencios y los tonos de voz. También, repitió lo que dijo, y dijo lo que no dijo, pero pensó.

Al día subsiguiente, luego de mucho hacer inútil, se fue a dormir. A oscuras en su habitación, escucho música melódica en la radio. Quería descansar. Pero, inoportunamente los acordes de cierta canción, la arrastraron a la noche compartida. Cerró los ojos y solo recordó, por unos instantes dejo el presente…para volver…

Ella poco a poco se olvido de las sensaciones, y de esa noche. Se olvido porque aprendió que es mejor, dejar pasar lo inútil para el alma. Pero en el fondo ella cobija una esperanza, de venganza o de amor.”

Se llama: “camino”. Estaba en mi PC. No sé cuando lo escribí, pero sé que se refiere a la asquerosa resignación…


Soñé…

Me abrí paso en la niebla nocturna. Me fume un cigarrillo. Me tome dos vasos de cerveza. Me contaron un secreto. Me echaron una “foca”, me rebelaron tres verdades, que hubiera preferido no saber. Me quede con una traición falsa a cuestas. Y me fui a la cama con unos cuantos besos, de esos sin valor.
Esa noche soñé, con un hombre al cual veía con rostros distintos cada vez que pestañaba. Y lo llamaba con distintos nombres. No me importaban sus rostros cambiantes, nos tratábamos con naturalidad. Luego tuve una pesadilla, que no recuerdo con detalle.
Al día siguiente pensaba en alguien y lo llamaba de manera errónea. Decía un nombre pensando en alguien que no lo era. Así estuve hasta ayer. Cambiándole los nombres a las personas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

un poco tóxico, pero atractivo con el grupo de amigos. lo malo es que en nuestro chilito tenemos un café de mierda... herencia de la dictadura supongo... no sé... en la mayoría de los países toman café en grano, sólo aquí seguimos pegados con el café en polvito... súper provincianos... te apoyo con el café cuando nos juntamos a compartir uno de grano... o un capuchino bien espumoso... muchos betiso